"Sgt.Pepper's lonely hearts club band", The Beatles, 1967, Parlophone/Capitol/EMI, remix y remaster de 2017

Para empezar, la remezcla y remaster 2017 (50 aniversario) del octavo álbum de The Beatles hace por los sonidos del disco lo mismo que las remezclas y remasters de Steven Wilson, seguramente no destinadas a la misma exposición y publicadad, vienen haciendo por clásicos del rock progresivo como "Lark's tongues in aspic"  o "Thick as a brick": si bien el impulso básico es el de una reconstrucción de la mezcla original, hay pequeños cambios que renuevan la percepción del álbum a la vez que el proceso de remasterizado llevado a cabo con atención al detalle ofrece un sonido más limpio y espacioso. En ese sentido, esta nueva versión de "Sgt.Pepper's lonely hearts club band" mejora la mezcla stereo original (no tiene mayor sentido compararla con la mono, en tanto parecen necesariamente perseguir objetivos distintos) y de paso suena considerablemente mejor que el remaster 2009 -y, por supuesto, que el primero en CD. El sonido característico de la banda y del álbum está allí, pero ahora pareciera que separado de nosotros por una superficie aún más transparente, o acaso la mejor analogía sea la de ver en 4k una película a la que sabíamos de memoria en HD. Y, por supuesto, el efecto combinado de la mejora en el sonido y la mejora en la mezcla vuelven a esta versión la mejor -excepto, claro está, para los puristas o a la hora de pensar al disco digamos históricamente.
La edición en tres CDs, además, ofrece una serie de tomas y procesos de las canciones del disco, además de mezclas nuevas de "Strawberry fields forever" y "Penny lane", lo cual, de alguna manera, reconstruye al disco original de 1967 para que incluya esas dos piezas y así, qué duda cabe, se convierta de una vez y para siempre en el artefacto pop más perfecto y a la vez desafiante. Es dificil ahora imaginar el efecto que pudieron tener estos sonidos en su momento: no porque los procedimientos y recursos de The Beatles hubiesen sido "nuevos" o "inusitados" sino porque su verdadero significado debe ser pensado en función de que fuese esa banda -precisamente esa banda: la del pop perfecto de "A hard day's night", la de la beatlemania, la que ostentaba ese alcance digamos mundial- la que propusiese semejante negación de los aparentes principios del pop a sus fans. Porque no cabe duda que "Strawberry fields" es una canción extraña.
En cualquier caso, "Sgt.Pepper's" sin duda termina por ser el álbum que consagró definitivamente en el contexto del rock/pop no sólo al estudio como instrumento y método de composición (lo cual, de hecho, ya estaba claro en "Strawberry fields forever", con su unión de dos tomas a tono y tempo diferentes, que debía ser una enlentecida y la otra acelerada para ofrecer una totalidad coherente y, de paso, esa voz asombrosa que le resultó a Lennon) sino también a la noción, derivada de lo anterior, de la música en un disco no como representación de la que sonaba o sonaría en vivo sino, más bien, como una entidad en sí misma. En ese sentido es ineludible el hecho biográfico del alejamiento de los escenarios -en gran medida porque los arreglos se volvían difíciles de reproducir, en particular las armonías vocalaes, pero esas son razones musicales: la música en cuestión podría haber sido reproducida en vivo de haber contado con más músicos, por ejemplo- pero, en última instancia, el salto conceptual ofrecido por el trabajo de alteración severa de lo grabado coloca a "Strawberry fields forever" y al "Pepper's" completo en otro mundo musical.
Está además el hecho de que "Sgt.Pepper's" remite a algo más que música -o al hecho de que en cuanto a rock/pop la música nunca es sólo la música o, mejor, lo musical-; más allá de la propuesta de "álbum conceptual" (que Lennon se encargaría de socavar, sin éxito alguno) están las particularidades más visibles del proyecto: el vinilo sin surcos diferenciados, el riquísimo arte de tapa y las letras incorporadas y, por supuesto, la apuesta ya no por tal riff o tal arreglo en tanto música sino específicamente por el sonido, eso que resuena en el decay larguísimo del acorde final de "A day in the life", por ejemplo.
Entonces, desde un punto de vista estrictamente musical -si es que en el contexto del rock/pop eso puede importarle a alguien- seguramente no sea "Sgt.Pepper's" el mejor álbum de The Beatles y sí acaso "Revolver" o "Abbey Road", pero, una vez más, ¿a quién le importa? Más allá del favorito personal -esa cosa tan cambiante en el tiempo-, no puede caber duda alguna de que no hay álbum más importante en la discografía de The Beatles que el octavo: históricamente representa un parteaguas al nivel masivo del pop.
A la vez se podría señalar que junto a operaciones conceptuales asombrosas -como la apropiación de la música india que suena en "Within you without you"- algunas de las canciones del disco parecen ocupar una segunda fila -quizá "Getting better" o "Fixing a hole", quizá "Lovely Rita"-, pero es indudable que en las tres primeras canciones -el title track, "With a little help from my friends" y "Lucy in the sky with diamonds"- ya nos encontramos en un espacio deslumbrante y que lo que sigue no hace sino dar más y más vueltas de complejidad a la propuesta, tanto desde "Being for the benefit of Mr.Kite" como desde "She's leaving home" hasta "A day in the life".
Sin duda no hay un concepto narrativo, ni acaso una "idea" más o menos identificable que conecte las piezas individuales, pero sí cabe pensar en "Sgt Pepper's" como un álbum conceptual sobre el sonido y sus posibildades, sobre el pop y su alcance, sobre el estudio y sus procesos, sobre, una vez más, el sonido frente a la música o lo musical. Y si hay en todos los discos de The Beatles (al menos desde "For sale" en adelante, sin lugar a dudas, aunque también se lo puede escuchar en "A hard day's night" y en los momentos de mayor interés de los dos primeros álbumes) un sonido específico, cálido y denso, que no puede sino ser convertido en metonimia de la banda y acaso metáfora de su música, es "Sgt.Pepper's" donde la mirada hacia ese sonido es más intensa y ese sonido mismo está más expuesto, en todo su esplendor.

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