"Heathen", David Bowie, 2002, ISO/Columbia
Los casi tres años entre "Hours..." y el vigésimo segundo álbum de David Bowie parecieron una eternidad. "Heathen" en su momento sonó a un retorno, no sólo al buen hacer musical de su creador sino, efectivamente, a un retorno literal, como si los años que mediaron entre él y su predecesor hubiesen roto un ritmo o parecido demasiado; además, para reforzar la idea de un pasaje a una nueva etapa, Bowie lanzó "Reality" en 2003 y ser embarcó en una de las mejores giras de su carrera. Claro que pasado 2004 habría que esperar un tiempo considerablemente mayor -e inédito en la carrera de Bowie- hasta el verdadero retorno (y de paso a su álbum final, uno de los cinco mejores de su discografía), y no menos claro parece ahora que "Reality", con su sonido inmediato, de banda hecha a tocar en vivo, proyectó a Bowie hacia una zona que no parecía presente del todo en "Heathen" y que acaso era en verdad más interesante: en la gira de "Reality&