"Opéra sauvage", Vangelis, 1979, Polydor
Vangelis y el Yamaha CS-80. La historia de la tecnología y la de la música. Acaso la mejor de sus bandas de sonido pre-"Blade Runner", "Opéra sauvage" ofrece la introducción perfecta en "Hymne", con su elegantísima simplicidad y su desarrollo no musical sino sonoro, en la medida en que mayores reverberaciones y frecuencias graves van sumándose a cada reiteración de la deliciosa frase básica, hasta que, finalmente, aparece una percusión cargada de eco que tiene la extraña propiedad de tanto ampliar la imagen sonora como representarla bajo otra escala, que le ofrece contornos más claros y la convierte en una suerte de cuadro desligado del continuo de imágenes de la composición. Pasa algo similar con la hermosísima "L'enfant", más centrada en el sonido del piano y con, además, una marcada percusión que Vangelis después retomará dos años después con aún mayor éxito en la banda sonora de "Chariots of fire" y que encuentra un anteceden