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Mostrando las entradas etiquetadas como neo-prog

"Ex Eye", Ex Eye, 2017, Relapse Records

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Cabe pensar que "jazz" y "metal" remiten a sensibilidades de alguna manera contrapuestas; será por eso que cuando se habla de una fussión entre ambos géneros yo me entusiasmo. Por supuesto, si el resultado compite con virtuosismo vacío con lo peor de Dream Theater o con una versión pesada de tantas bandas de jazz fusión rockerito de los setentas, la cosa se complica. Por suerte no es lo que pasa con Ex Eye, el álbum (y la banda del mismo nombre) del saxofonista Colin Stetson junto a Greg Fox, que a cada momento de sus cinco piezas mastodónticas se vuelve el equivalente de ponerse a merced de una tempestad de yunques. Dicho de otro modo: por suerte se prescindió de las sutilezas. Eso no quiere decir que "Ex eye" plantee música básica y brutal, ni mucho menos: por el contrario, la propuesta, refinadísima, está más cerca del metal matemático a la Tool que de erupciones de noise aleatorio pautado por el doble bombo más infernal. Pero, claro, el noise es pa...

"The 2nd law", Muse, 2012, Warner Bros/Helium-3

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Probablemente sea en su sexto álbum donde más se nota la vena gnóstica que recorre las letras de Muse y los coloca en esa línea de sobrevivencia gnóstica en los siglos XX y XXI que incluye también a Philip K. Dick, a "El rey león" y a la obra tardía de Amir Hamed. No hay que buscar mucho más allá de "Explorers": "Free us from this world/we don 't belong here/It was a mistake imprisoning our souls/can you free me?/free me from this world/Running around in circles feeling caged by endless rules/Can you free me, free me from this world" (liberanos de este mundo/no pertenecemos acá/fue un error lo que encarceló nuestras almas/podés liberarme?/liberame de este mundo/corriendo en círculos sintiéndonos atrapados por leyes interminables/nos puedes liberar, liberarnos de este mundo?), pero la noción misma de la "segunda ley" (de la termodinámica) remite a la consabida lectura en plan metafórico acerca de la decadencia de todas las cosas, lo cual des...

"Cold dark place", Mastodon, 2017, Reprise

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Cabe pensar al reciente EP de Mastodon ("Cold dark place") como una muestra -condensada en cuatro canciones- de la versatilidad de la banda; tanto que incluso no es fácil oirlo como un disco de metal o un disco exclusivamente de metal, ni siquiera en la manera en que los álbumes de Mastodon desde "Leviathan" en adelante se han propuesto como metal con aditivos, por decirlo de alguna manera, pero siempre básica, quintaesencialmente metal. Que los de Atlanta sean la mejor banda del género en la actualidad es dificil de dudar; que lo sean por su ímpetu pop (cuasi Beatle en su juego de melodías y voces) y su versatilidad sonora y genérica lo hace más interesante aún, como si efectivamente fueran la primera banda de metal -en muchos años: desde los noventas, diría- capaz de romper las barreras de su género y lograr esa excelencia múltiple que hace a Sabbath o a Zeppelin. En este contexto, insisto, las cuatro pistas de "Cold dark place" funcionan a las mil ma...

"Crack the skye", Mastodon, 2009, Reprise

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En cierto modo el cuarto álbum de Mastodon da todo lo que debería dar el rock/metal progresivo: complejidad, poder, fuerza y esos conceptos narrativos dementes, ingenuos y maravillosos que no sobrevirían en otro medio ("2112" es un buen ejemplo, "Machina/The machines of god" otro); lo interesante es que lo hace con niveles de excelencia asombrosos. E s indispensable escuchar el disco con auriculares, para formarse una idea más clara de los detalles a nivel textural. En ese sentido, es decir, el álbum es de una riqueza impresionante. Y, después, todo él es capaz de ofrecerse como claramente desmedido y, a la vez, de dar siempre en el blanco. Las canciones se superponen en la memoria, pero no importa, porque todas han de ser partes de una composición más vasta; en el caso de la impresionante "The czar", las secciones -desde la climática y tensa introducción hasta - tienen sus propios títulos, y todas ellas suenan tan cohesivas, homogéneas y a la vez intrin...

"The resistance", Muse, 2009, Warner Bros

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Es fácil ver en el quinto álbum de Muse al más progresivo de la discografía, pero al mismo tiempo parece claro que en lugar de emplear cierta música "clásica" como referente -es decir ese recurso de la variante más sinfónica del rock progresivo- la clave en "The resistance" pasa más por su recuperación del rock setentero que a su vez recuperó cierta música clásica/romántica-tardía (Rachmaninov, Mahler, Chopin, etc), y el elemento que sobresale en la operación es siempre el pop. No hace falta escuchar la excelente "United States from of Eurasia", con sus melodías y tratamientos vocales a la Queen en la época de "A night at the opera" (y su coda con el nocturno en mi bemol mayor de Chopin), sino que incluso con un número notoriamente pop como "Undisclosed desires" el gesto queda más que claro: la textura del comienzo, con sus cuerdas de sintetizador y la batería que las puntúa establece una atmósfera delicada y consabidamente "mus...

"Oceania", The Smashing Pumpkins, 2012, EMI/Caroline/Reprise/Martha's music

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Es inevitable pensar que "Machina / The machines of god" parte en dos la carrera de The Smashing Pumpkins y que lo que viene después, con sus cambios de personal y los cambios de zeitgeist (no me refiero al álbum de 2007, por cierto), es algo así coom la sombra de lo primero; pero del mismo modo que esa es la noción que cae más fácilmente en la mente, es también probablemente falsa. O, mejor dicho, hay una manera de volverla falsa, y eso es, acaso, lo que está haciendo Billy Corgan desde 2009: concebir la serie de álbumes propuestos por la banda como estaciones en una obra más vasta y ambiciosa -que se titula "Teargarden by kaleidyscope-, de manera que sea más bien eso lo que domina la era post-"Machina" (una vez más dejo "Zeitgeist" de lado) y de paso la distingue: nada, hasta ahora, sería decisivo, y sólo el proyecto completado -si es que se completa, porque acaso convendría a Corgan el gesto tardomodernista de la obra inconclusa- permitirá aprec...

"To the bone", Steven Wilson, 2017, Caroline International

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Si a alguien se le ocurre preguntarse qué efecto tienen en la cabeza musical, estética y conceptual de Steven Wilson las remezclas de álbumes clásicos del prog y el artpop, quizá la respuesta no pueda encontrarse con mayor claridad en otro lugar que en su más reciente álbum, quizá el mejor de los suyos. Es decir: "Hand. cannot. erase" (2015) y el excelente "The raven that refused to sing (and other stories)" (201 3) eran ambos muestras magníficas de artesanado prog, pero si algo faltaba era un extra, por llamarlo de alguna manera, un brillo específico que fuese más allá de la evidente musicalidad y talento de su autor. Ambos discos (y los últimos de Porcupine tree) de alguna manera habían vuelto visible que una de las historias más bobas de la historia del rock (junto a la de la presunta importancia del punk, a la que está conectada) es el de la desaparición del llamado "rock progresivo"; no sólo es falso que todo eso que cabe incorporar al prog se pa...

"Damnation", Opeth, 2003, Koch

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El séptimo álbum de estudio de Opeth, tercero producido por Steven wilson (segundo si pensamos en el par "Deliverance"/"Damnation" como una unidad), sin duda parece un punto de quiebre en la carrera de la banda; poco y nada del death metal típico de sus primeros trabajos aparece en él, salvo, por supuesto, que se preste más atención y se tengan en cuenta ciertas disonancias y sonoridades (que, de hecho, parecen remedar o emular el black metal desde un lugar musical en principio completamente distinto: acaso reconstruirlo sin doble bombo, distorsión y voces guturales): entonces, y especialmente puesto en relación con ese proyecto de álbum doble lamentablemente anulado por los esquemas de la discográfica en cuestión, "Damnation" aparece como el complemento necesario -la contrapartida, si se quiere, el otro extremo del espectro- a la potencia metalera de "Deliverance" (y, ya puestos, de toda la discografía anterior): la analogía con la portada en ...

Fear of a blank planet", Porcupine Tree, 2007, Roadrunner/Atlantic

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Después de escuchar el noveno y penúltimo álbum de Porcupine Tree queda claro por qué Steven Wilson ha logrado tantas maravillas en el arte del remasterizado y remezcla de álbumes clásicos del rock progresivo: la calidad del sonido de "Fear of a blank planet", es decir, es tan asombrosa que por momentos los juegos de texturas, timbres en las guitarras, arreglos sutiles y detalles vuelven irrelevantes otros va lores posibles en la composición y la interpretación. Sin embargo, en los mejores momentos del álbum -la extensa "Anesthetize" el más alto, sin lugar a dudas- el talento de los músicos implicados y la cuidada performance vocal de Wilson (por no mencionar sus habilidades como guitarrista) terminan por confirmar que esas cualidades de interpretación y composición pueden ser igualmente considerables, y de paso logran establecer firmemente a la propuesta de la banda entre lo más interesante del neo-prog o el metal progresivo, una línea continuada por los trabajo...