"A love supreme", John Coltrane, 1965, Impulse!

Hay algo así como dos instancias más o menos impenetrables en "A love supreme". La primera pasa por el intento de construir una pieza que tiene en cierto misticismo -es decir, en el intento de comunicar una experiencia espiritual- su piedra angular; podría pensarse, entonces, que Coltrane asume que como las palabras no pueden remitir a "eso" in decible, el lenguaje de la música puede permitirse el intento y así conducir al escucha a una suerte de recreación o transmisión de esa experiencia o experiencias o anhelo de experiencias. Naturalmente, esto no funciona, pero no por la falta de habilidad técnica de Coltrane sino porque cabe pensar que esas experiencias suceden cuando suceden y lo que las gatilla en X no las gatillará en Y, dado que, en última instancia, el proceso se desencadena independientemente del estímulo (dicho de otro modo, se puede encontrar la iluminación, el satori, el contacto con la divinidad, el rapto místico o como se lo quiera llamar con mesc...