"The resistance", Muse, 2009, Warner Bros
Es fácil ver en el quinto álbum de Muse al más progresivo de la discografía, pero al mismo tiempo parece claro que en lugar de emplear cierta música "clásica" como referente -es decir ese recurso de la variante más sinfónica del rock progresivo- la clave en "The resistance" pasa más por su recuperación del rock setentero que a su vez recuperó cierta música clásica/romántica-tardía (Rachmaninov, Mahler, Chopin, etc), y el elemento que sobresale en la operación es siempre el pop. No hace falta escuchar la excelente "United States from of Eurasia", con sus melodías y tratamientos vocales a la Queen en la época de "A night at the opera" (y su coda con el nocturno en mi bemol mayor de Chopin), sino que incluso con un número notoriamente pop como "Undisclosed desires" el gesto queda más que claro: la textura del comienzo, con sus cuerdas de sintetizador y la batería que las puntúa establece una atmósfera delicada y consabidamente "musical", que después deja paso a sonoridades más propias de la electrónica o de cierto synth-pop tardío y oscurecido a la Depeche Mode en los noventas.
Quizá el enlace con Queen pase ante todo por tomar la base maximalista del prog y conferirle una cierta extravagancia que puede operar también en tanto distancia irónica; no se está sumergido en el interés meramente musical típico de bandas como Yes sino que se "usa" ese modo del rock en tanto lenguaje definido, con sus límites claros y precisos, y se lo integra a una lógica ante todo pop (en ese sentido queda trazada una línea entre "Resistance" y "Starlight", del álbum anterior de la banda).
En última instancia lo que predomina es el prog, pero esto sucede ante todo porque el álbum queda cerrado por una pieza en tres movimientos -"Exogénesis"- que comienza sonando al lado B de "At the wake of Poseidon" (en su apropiación de esa música tardodecimonónica) y pronto vira hacia el modo más épico y tenso de la banda (casi a la "Knights of Cydonia" en cuanto a las atmósferas), todo en el contexto del primer movimiento, "Overture", para dejar una faceta más romántica a cargo del piano que abre la tercera sección.
El sonido grandilocuente y "glorioso" está por todas partes, pero en el gesto de aprovecharse de sonoridades más pop encuentra en "Guiding light" uno de los momentos más emocionantes del disco; en cualquier caso, la cohesión de "The resistance" es más que notoria. Todas sus piezas parecen evolucionar naturalmente hacia el paroxismo de "Exogenesis", tanto que no sería tan dificil escucharlo todo -los momentos corales, los contrapuntos, las melodías brillantes, los riffs agresivos ("Unnatural selection", por ejepmlo)- como instancias en una propuesta única y ambiciosa.
Interesante comentario sobre el disco. Concuerdo es que tiene un sonido más "unificado" que los anteriores, algo que intentaron repetir, no siempre con éxito, luego.
ResponderEliminarNos leemos,
J.