"Live at Reading", Nirvana, 2009 (1992), Geffen
La escena podría tomar lugar dentro de diez años. Estoy, estaré, con Amapola en algún lugar de alguna ciudad, en un cuarto tan lleno de libros y discos, espero, como este donde escribo ahora; de alguna fuente -no importa si este disco que compré hace unos días o archivos como los que escuché tantas veces antes de esa compra- suena "Live at reading", de Nirvana, y yo digo: "escucha, hija mía, así sonaban los noventas".
Y entonces volvemos al ahora, y en septiembre de 2017 se me ocurre que, más bien, es así como en 2009 se masterizó y se hizo sonar a los noventas, pero esos detalles poco importan, porque "Live at Reading" es Nirvana en todo su poder y su gloria. Sí, Cobain desafina una nota sí y cuatro no, pero ¿a quién le importa? Si hay una verdad de la poesía, si hay una verdad de la literatura, si hay una verdad del arte, está en esa voz: la verdad de los noventas, hija mía.
La performance suena con fuerza y urgencia ya desde "Breed" (Cobain había entrado en una silla de ruedas y cantado las primeras estrofas de una canción antes de derrumbarse: es inevitable pensar que dos años más tarde el chiste no tenía la misma gracia), estalla en la coda memorable de "Aneurysm" y a partir de ahí estamos en la gloria. Quizá sea el mejor álbum en vivo de los noventas, y por eso parece tan fácil señalarlo y decir una vez más que ahí está el sonido de esa década, el corazón; la guitarra de Cobain hacee el riff de "School" y todo parece quedar más que claro.
Hay algunas pifias, claro: "Polly" no termina de convencer -y bajo y guitarra se desfasan notoriamente en la segunda estroafa- y "All apologies" -esto sin duda gana en tanto documento- todavía suena un poco bosquejada por momentos, pero por cada ligera caída hay un "In bloom" a todo trapo, una "Smells like teen spirit" con un impresionante antisolo, o una magnífica "About a girl" con su guitarra limpia resplandeciente y su distorsión -que en la mezcla y masterizado se queda asombrosamente en el mismo volumen, si no un poco menos- relegada al solo.
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