"El arte de la fuga", J.S.Bach, 1751, versión de Akademie Für Alte Musik Berlin, 2011, harmonia mundi
Por supuesto que no se tratará en este comentario (forzosamente breve) de hablar de "El arte de la fuga" sino específicamente de la versión de Akademie Für Alte Musik Berlin, pero es de rigor señalar algunos detalles básicos. J.S.Bach la compuso -y no la completó- a lo largo de su última década de vida y consiste en cuatro cánones, cuatro fugas simples (es decir cada una de ellas con un único tema modulado en las diversas voces, en este caso cuatro), tres fugas con stretti (superponer parte del tema principal en varias voces) y variantes en augmentationem (que duplican la duración de las notas) y diminutionem (que abrevian a la mitad la duración de las notas), dos fugas dobles (con dos temas o sujetos), dos fugas triples, dos fugas "en espejo" (en la que tanto la forma anotada como su inversión funcionan perfectamente, respetando todas las normas en uso del contrapunto) y, por último, una fuga triple inconclusa, que probablemente fuera concebida como una cuádruple. El tema (el primero en las dobles y triples) es más o menos el mismo (es decir, aparece en ligeras variantes) para todas las fugas, de modo que el conjunto puede entenderse como una exploración de las posibilidades de la forma fuga, a la vez que una obra conceptual sobre las variaciones, la tensión entre lo mismo y lo otro y los principios del contrapunto y la armonía. Música y metamúsica, es decir.
Un dato clave es que Bach no especificó para qué instrumento o instrumentos escribió "El arte de la fuga", de modo que cabe proponer versiones diversas en este sentido. La partitura está presentada de manera que cada voz está escrita por separado, lo cual podría hacer pensar en una propuesta para cuatro instrumentos (un cuarteto de cuerdas, digamos); tradicionalmente ha sido ejecutada en piano, clave u órgano, aunque no son pocas las versiones con instrumentaciones más complejas.
Por ejemplo, la que comento acá, a cargo de una orquesta de cámara. La Akademie Für Alte Musik Berlin no presume de autenticidad histórica ni en sus instrumentos ni en sus decisiones, y puede parecer a veces arbitraria la decisión de encargar tal sección de una fuga a un grupo de instrumentos y tal otra a otro, pero en esa variación permanente aparece una suerte de voluptuosidad musical que hace a la versión especialmente disfrutable. Multicolor, digamos. Así ,hay momentos maravillosamente expresivos, como el cambio de grupo de instrumentos en la quinta fuga (Bach las anotó como "contrapunctus", por cierto), en la que de una textura de instrumentos de cuerdas pasamos -sin una razón estructural, digamos, de ahí lo de "arbitrario" que decía más arriba- de pronto a la irrupción de maderas y vientos, con una suerte de efecto expansivo o de renovación, como si se pasara de un ambiente austero y opresivo a un bellísimo paisaje lacustre.
Un momento especialmente disfrutable es el diálogo entre el clave y las cuerdas en la séptima fuga, y sin duda es un placer escuchar la decimotercera, cuya versión "al derecho" suena en vientos y su versión "inversa" en cuerdas. Es notable también la interpretación -más pesada, más lenta y más monumental- de la última fuga (en la que se ha señalado que el posible cuarto tema es augurado por las notas B-A-C-H, o sea si bemol, la, do y si), inconclusa y majestuosamente cósmica.
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