"Bleach", Nirvana, 1989/1992, Sub Pop
Es dificil no ver en "Bleach" un disco que vale ante todo por la promesa; si Nirvana se hubiese disuelto al mes de publicarlo sería sin duda un álbum menor o muy menor cuyo único interés pasaría por su lugar en el proceso de establecimiento del sonido que sería llamado grunge; sin embargo, en el universo que habitamos, el disco fue reeditado después del éxito de "Nevermind" y se lo pudo escuchar bajo una luz más favorable. Es quizá esa perspectiva la que ahora hace parecer que contiene efectivamente más de dos ("Blew" y "About a girl") buenas canciones. Quizá haya que librarse de estas ideas y empezar por pensarlo en su totalidad: "Bleach" es en última instancia un disco que logra crear una atmósfera siniestra y oscura -sin llegar a la fosa abisal depresiva de "In Utero", por supuesto, pero por algo este es el mejor disco de Nirvana- y que logra ofrecer ese clima presentado de diferente manera en diferentes canciones. Está por ejemplo la cosa loopeada y monótona del riff de "Love buzz", que se vuelve tan obsesiva como revolver un charquito de vómito, y también el golpe noise de "Paper cuts", cuyo ambiente parece prefigurar algo que brillaría después en "Aneurysm". También vale la pena "Negative creep", que insiste en el lado más riffero/rockero/metalero con un sonido bastante sludge. En esta línea operan también "Floyd the barber" y la buenísima "School" (de lo mejor del disco, por cierto).
El resto de "Bleach" es menos interesante. Insiste con sus riffs básicos de guitarra muteada con distorsión -"Scoff", de manera menos lograda, en particular en los poco atractivos estribillos; "Swap meet", casi más un bosquejo relativamente promisorio que una canción lograda-, mejora un poco con "Mr. Moustache" (una versión un poco más acelerada de la línea sludgemetalera de las canciones anteriores) y termina con "Sifting" (que logra ofrecer un concentrado de esa cosa siniestra que domina al álbum).
Ediciones posteriores sumaron "Big cheese" (el lado B del single de "Love buzz", y una pieza que suena a su manera bastante extraña y por tanto interesante) y "Downer", que parece más lograda que buena parte del álbum pero que, en sus brevísimos 1:43, no hace sino desconcertar como final de disco.
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