"Rubber soul", The Beatles, 1965, Parlophone
En algún momento de The Beatles Anthology Harrison dice -cito de memoria- que no sintió mayor diferencia entre la grabación del sexto disco de los Beatles y el siguiente; visto todo de este lado del asunto la afirmación es curiosa, ya que es dificil no pensar a "Rubber soul" como un disco un poco más transicional que definitivo, aunque la proporción, digamos, entre esas cualidades sea, sin duda, más favorable a lo definitivo que el caso de "Help!" o incluso el de "Beatles for sale". Y si se tratara de pensar qué es lo que separa al sexto de lo que vendría después en términos de perfección conceptual, sin duda compararlo con "Revolver" es una estrategia fértil. Otra opción es pensarlo desde perspectivas de géneros musicales: así, "Rubber soul" pasa por el álbum folk o folk-rock, la matriz de lo que harían después bandas como Byrds, mientras que "Revolver" propone lo que cabría pensar como un despliegue de las posibilidades del pop (lo cual quiebra la matriz genérica, claro está). En ese sentido, "Rubber soul" es el álbum más legible del par, más fácilmente decodificable, mientras que "Revolver" tiene "Tomorrow never knows" y "I'm only sleeping" y "Love you to" y "Yellow submarine", lo que implica encontrar un contexto en el que se puede pasar de una canción para niños a una fusión de drone y música concreta y loops de cinta. Y ese contexto, por supuesto, termina por equivaler al álbum, al propio "Revolver", pero eso no opera del mismo modo en "Rubber soul", que es un álbum más fluido y cómodo. (O, es justo decirlo, lo que vuelve más genial a "Revolver" es que él también es, extrañamente, fluido y cómodo).
Otro problema de "Rubber soul" es que su final, pese a valer la pena como pieza musical (en especial cuando la textura incluye guitarra eléctrica sobre acústica), pese a funcionar como una suerte de country-rock, parece un poco por debajo de lo mejor del álbum. Y por "lo mejor del álbum" se entiende fácilmente "casi todo el álbum": la cara A claramente no tiene fisuras, porque su momento menor -"Think for yourself"- logra volverse de especial interés gracias al uso de distorsión (fuzz) en el bajo, lo cual la vuelve de hecho una pieza única en la discografía Beatle. Es decir que desde "Drive my car" hasta la preciosa "Michelle" la propuesta es rotunda y brillante. Después, la cara B sólo arranca del todo en su segunda canción -pero no porque "What goes on" sea del todo descartable como el proverbial numerito fácil para Ringo sino porque es la única pieza que pertenece claramente, y casi al nivel de una parodia, a un género bien definido, el country, mientras que para el resto del disco la cosa no sólo es más complicada sino que logra más que mirar a un género establecido más bien crear uno "nuevo"- y después de la buenísima "If I needed someone" parece decaer con "Run for your life". En el medio, por supuesto, queda "In my life", rodeada además por dos maravillas como "I'm looking through you" y "Wait".
Lo que da todavía más cohesión a "Rubber soul" es sin duda su sonido, por primera vez un sonido "Beatle" sin fisuras (en el caso de "Help!" era curioso que su title-track parecía no alcanzar esa cualidad tan notoriamente como otras de sus canciones); de hecho, ese sonido Beatle encuentra su quintaesencia -para toda la discografía, me animaría a decir- en el single del momento, "Day tripper" (que parece una extensión riffera, rockera y acaso superior de "Drive my car") y "We can work it out", en especial esta última pieza, cuyo sonido es absolutamente perfecto (en el sentido de tan logrado que se las arregla para llamar la atención sobre sí mismo y a la vez no abarcar el concepto completo de la canción), absolutamente sobrecogedor y absolutamente Beatle.
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